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10 errores comunes al instalar una fosa séptica y cómo evitarlos

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A la hora de instalar una fosa séptica, muchos propietarios cometen errores que pueden acarrear gastos adicionales y problemas de saneamiento a largo plazo. En este artículo encontrarás los 10 fallos más frecuentes, así como consejos prácticos para asegurarte de que tu instalación sea correcta y duradera.


1. No analizar el terreno antes de la instalación

Antes de colocar la fosa séptica, es esencial realizar un estudio del suelo:

  • Tipo de terreno: Arcilloso, arenoso o rocoso.
  • Nivel freático: Si el agua subterránea está muy cerca de la superficie, podrías tener problemas de inundaciones o flotación.
  • Pendientes: Terrenos inclinados requieren soluciones específicas de drenaje.

Cómo evitarlo

  1. Contrata un estudio geotécnico para conocer la composición y resistencia del suelo.
  2. Asegúrate de localizar la fosa en una zona estable, lejos de corrientes subterráneas y de raíces de árboles.
  3. En caso de nivel freático elevado, considera sistemas de anclaje o fosas elevadas.

2. Escoger materiales de baja calidad

El material del tanque (hormigón, polietileno, poliéster, etc.) influye directamente en la durabilidad y resistencia de la instalación.

Cómo evitarlo

  • Invierte en materiales certificados y de buena reputación en el mercado.
  • Verifica que el fabricante cumpla con normativas europeas (UNE-EN 12566, entre otras).
  • Si tu presupuesto es limitado, analiza la relación calidad-precio y el coste de posibles reparaciones futuras.

3. Ubicación inadecuada de la fosa

Instalar la fosa en una zona de paso de vehículos o cerca de pozos de agua potable puede provocar riesgos de contaminación y daños estructurales.

Cómo evitarlo

  • Respeta las distancias mínimas que marca la normativa local (entre 2 y 5 metros de la vivienda, entre 30 y 50 metros de pozos de agua, etc.).
  • Evita colocarla en lugares con alto tránsito de vehículos o maquinaria pesada.
  • Ten en cuenta el acceso de los camiones de vaciado, para facilitar el mantenimiento periódico.

4. Falta de ventilación adecuada

La ventilación inadecuada puede generar malos olores e incluso acumulación de gases peligrosos.

Cómo evitarlo

  • Asegúrate de contar con tuberías de ventilación que faciliten la salida de gases.
  • Instala respiraderos en la parte superior de la fosa, siguiendo las recomendaciones del fabricante.
  • Verifica periódicamente que las tuberías no estén obstruidas por hojas, tierra u otros desechos.

5. No dimensionar correctamente la fosa

Elegir un volumen de fosa séptica inferior o muy superior a las necesidades reales puede ocasionar:

  • Saturaciones y reboses en el caso de un tanque demasiado pequeño.
  • Gastos innecesarios en instalaciones sobredimensionadas.

Cómo evitarlo

  1. Calcula la capacidad según el número de habitantes y el consumo de agua promedio.
  2. Considera un margen adicional si prevés incrementos en la ocupación de la vivienda.
  3. Consulta a un profesional que te asesore en el cálculo del volumen ideal.

6. Ignorar la normativa y permisos necesarios

La legislación local establece requisitos de instalación, distancias y mantenimiento para fosas sépticas.

Cómo evitarlo

  • Infórmate en tu ayuntamiento o autoridad local de aguas sobre los permisos necesarios.
  • Verifica la normativa estatal o autonómica (por ejemplo, para vertido de aguas residuales).
  • Mantén la documentación al día y cumple con las inspecciones periódicas obligatorias.

7. No impermeabilizar adecuadamente

Una fosa que permita filtraciones puede contaminar el terreno, las aguas subterráneas o sufrir daños estructurales con el tiempo.

Cómo evitarlo

  • Usa membranas impermeabilizantes si empleas tanques de hormigón que puedan tener microfisuras.
  • Revisa periódicamente las juntas de sellado y aplica masillas específicas si detectas fugas.
  • Escoge materiales estancos de fábrica (poliéster reforzado, polietileno de alta densidad) para minimizar riesgos.

8. Falta de un sistema de drenaje o infiltración adecuado

Una vez depuradas, las aguas negras necesitan un sistema de infiltración o zanjas de drenaje para su correcta evacuación.

Cómo evitarlo

  • Diseña un campo de infiltración acorde al caudal de salida y al tipo de terreno.
  • Asegúrate de que el sistema de drenaje no esté cerca de pozos ni manantiales de agua potable.
  • Emplea grava o piedras adecuadas para el drenaje y mantén el lecho limpio de sedimentos.

9. Realizar la excavación de forma inexperta

Un mal proceso de excavación puede causar derrumbes, desniveles o incluso dañar instalaciones subterráneas preexistentes (cables, tuberías).

Cómo evitarlo

  • Revisa planos de servicios subterráneos antes de excavar.
  • Asegura la verticalidad y la estabilidad de las paredes del agujero con entibaciones, si es necesario.
  • Contrata a profesionales experimentados para evitar imprecisiones graves.

10. No planificar el mantenimiento posterior

Creer que la fosa séptica “funciona sola” lleva a problemas de malos olores, atascos y saturación de lodos.

Cómo evitarlo

  1. Programa un vaciado cada cierto tiempo (dependiendo de la capacidad y uso).
  2. Usa bacterias y enzimas especiales para fosas sépticas, que ayuden a la descomposición de residuos.
  3. Realiza inspecciones periódicas para verificar niveles de fango y posibles fisuras.